lunes, 26 de julio de 2010

Star Trek: La Última Misión


EPÍLOGO:
LA ÚLTIMA MISIÓN


- Cuaderno de Bitácora de la Nave Estelar Enterprise, Nueva Fecha Estelar 0017.0: Hace escasos minutos mi tripulación ha culminado con éxito una de tantas misiones imposibles. Ésta vez mi agradecimiento es mucho mayor que normalmente. Cuando todos pensaron que había muerto, ellos siguieron la pista de una vaga esperanza. Cuando me vi perdido para siempre, mis amigos vinieron a rescatarme. He aprendido muchas cosas en éste poco tiempo, pero la más importante de ellas es que, mientras los tenga a ellos, nunca estaré solo.

Ahora nos dirigimos de vuelta hacia la Tierra, para intentar convencer al Alto Mando de que, aunque nuestros rostros lleven las marcas de muchos años, nuestra ilusión y coraje siguen inalterados. No sé cómo van a reaccionar al vernos, seguro que dicen que a nuestra edad sería más productivo dedicarnos más tiempo a nuestra familia.... Y eso es precisamente lo que vamos a hacer. Eso quiere decir que tendré que renunciar a mi nuevo grado de Almirante. Mi puesto es el de Capitán del Enterprise, y nunca renunciaré a ese privilegio por un puesto en tierra, por muy alto que sea...

Según me han contado, el general Korrd y el resto del Imperio Klingon han sido de gran ayuda en esta misión... En realidad han tenido que convencerme de ello, pero después de ver nuestro nuevo motor he acabado por aceptar lo que me parecía imposible... Spock también me ha dicho que han puesto mi nombre a su nueva nave insignia con motivo de mi muerte, así que seguro que mi reaparición provoca más de una decepción profunda... Tan solo espero que no se desdigan en lo del nombre, siempre es un orgullo que reconozcan tu labor. Nadie en todo el Universo ha destruido tantas de sus naves como yo. Para ser justo debería deshacerme de todo el rencor que siempre les he guardado, pero creo que la edad me está haciendo tan cascarrabias como Bones. Creo que empezaré aconsejando al alto mando que sigamos con el desarrollo del nuevo motor mixto que ahora llevamos, que por fin trabajemos juntos, Klingons y Humanos, como parte de la misma obra maestra que es nuestra galaxia común.

Jim acabó de hablar y revisó frente al espejo hasta el último detalle de su uniforme. Sacudió una manga, estiró su chaqueta y se dirigió hacia el puente. Nadie se cruzó con él, toda la nave estaba vacía, pero siguió andando. Entró en el turboascensor y dijo: "Puente". La puerta se abrió y allí estaban ellos, cada uno en su puesto, como siempre había sido. McCoy, Spock, Uhura..... ¡Y su sillón!. Sin decir nada avanzó hasta él y se sentó, mirando fijamente la pantalla principal. Se detuvo un rato a pensar, hasta que se dio cuenta de que todos lo miraban.

- ¿Qué rumbo tomamos, Almirante? -Preguntó Sulu.
- ¿Rumbo?.... A casa, señor Sulu, a casa.
- A sus órdenes, Almirante.
- ¡Señor Sulu!
- ¿Almirante?
- No vaya demasiado a prisa.

Estos son los viajes de la Nave Estelar Enterprise. Su misión: Seguir explorando nuevos y extraños mundos. Seguir buscando nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones... Seguir yendo valientemente a dónde nadie ha llegado antes.

FIN



Relato de JUAN TERUEL RAMON.

No hay comentarios: