miércoles, 7 de julio de 2010

Star Trek: La Última Misión


- ...Spock, ha hecho usted un gran trabajo. Nunca hubiera podido imaginar que tales cosas fueran posibles.
- Simple ingeniería, señor Scott.
Sin mirar al resto de la tripulación se dirigió a su puesto de oficial científico. Tecleó un par de órdenes al ordenador y empezó a hablarles:

- Bien, aquí estamos de nuevo. Antes de que partamos me parece que deben saber cual es nuestro destino... Y nuestra misión. Por supuesto, primero nos dirigiremos al lugar de la desaparición del Almirante, pero después continuaremos un poco más allá. Para que la Flota autorizara este viaje he tenido que hacer un pacto con ellos: Nuestra misión será ir en busca de la Cinta de Energía y estudiarla; no sabemos nada de ella, así que debemos ser nosotros los que demos los primeros datos -En la pantalla apareció un mapa estelar con el rumbo previsto- Como ven debemos darnos prisa, pues la cinta entrará en territorio romulano dentro de ciento veinte horas, y no podemos adentrarnos en él... Nuestra misión ya la conocen:
"Ir valientemente a dónde nadie ha llegado antes"

Una vez más, la nave Enterprise iba a salir al espacio, el lugar a donde pertenecía. Llevaba meses en el muelle, parada, y sólo seis miembros de su tripulación estaban ahora en ella. Sin embargo era el Enterprise, y ellos sus tripulantes. Nunca habían dejado de lado una misión, nunca habían rehuido su deber, y jubilados o no, si la Flota Estelar los necesitaba, ellos estaban dispuestos.

Capítulo 3:

En Marcha.

Había llegado el momento de partir. Hasta el último circuito funcionaba a la perfección, los ajustes de Spock habían devuelto al Enterprise a su mejor estado; ahora sólo quedaba un último detalle... ¿Quién sería el capitán?
Uhura se sentó en su puesto, Chekov y Sulu tomaron el timón y Scott se sentó en su nueva consola. Nada más hacerlo, todos se volvieron a Spock. Mejor dicho, se volvieron al puesto de mando, esperando ver a Spock... Pero él no estaba allí. Como tantas otras veces, había ocupado el puesto de Oficial Científico. Bones, que ya se había sentado, se levantó y fue a su encuentro.
- ¿Qué hace usted aquí, Spock?
- Este es mi puesto, Doctor
- No, Spock, no lo es... ¿sabe cuál es su puesto?
- Estoy seguro de que ninguna contestación impedirá que me lo diga.
- Tiene razón, su puesto es el de capitán. Hoy el Almirante no está, así que como oficial de más alta graduación, le corresponde a usted sustituirlo.
- Pero... -La protesta de Spock fue cortada en seco.
- Spock -dijo Uhura- Queremos que sea usted el que nos dirija. Nadie aceptará ese puesto mientras usted se encuentre a bordo.
- Les estoy muy agradecido por su confianza, pero mi puesto es éste, nadie puede sustituirme.
- Yo puedo -McCoy empezaba a parecer enfadado- Lo hice cuando murió usted, y lo haré de nuevo si es necesario.
- Doctor, en esa ocasión usted tenía mis conocimientos, ya que....
- ¡Venga ya, maldito testarudo! ¡No voy a dejar que su maldita falsa modestia nos haga salir ni un minuto tarde! ¡Váyase a su puesto si no quiere que yo mismo lo arrastre hasta allí!

Spock levantó su ceja derecha y abandonó el puesto de Oficial Científico, McCoy se sentó en su silla y él hizo lo propio en la del Almirante Kirk. Por fin había llegado el momento de la partida.

- Señor Sulu, prepare los impulsores.
- Impulsores preparados, señor Spock.
- Uhura, transmita el mensaje que se encuentra programado.
- ¿Qué...? Transmitiendo, señor Spock.
- Señor Sulu... En Marcha.

Como un gigante que se despierta, el Enterprise empezó a moverse por el muelle, buscando los portones de salida. El mensaje que Uhura había transmitido decía así:
>>Uss Enterprise dispuesto para la partida... "para levantarse contra un océano de problemas y plantarles cara y derrotarlos con la voluntad". <<>
Continuara..
Relato escrito por JUAN TERUEL RAMON.

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