martes, 31 de agosto de 2010

La saga de Spock


- Bueno, nos hemos librados de ser atravesados, pero ahora estamos perdidos en una nave desconocida.
- Creo que olvida algo, Almirante.
- ¿A qué se refiere, Scotty?.
- Yo conozco esta nave, la visité la primera vez que subimos a bordo.
- Pero no tuvo tiempo de recorrerla. Seguro que sólo le enseñaron los motores y poco más.
- Almirante, me ofende. Un buen ingeniero no se va de una nave sin antes recorrer los más importantes túneles de servicio... Y por cierto, la distribución de esta nave es bastante simple. Síganme.
- Señor Scott, aprecio su interés, pero mi movilidad sigue siendo limitada, por lo que sugiero que antes de desplazarnos tracemos algún plan.
- No me parece lo más correcto, Spock. Si Andersson descubrió que estábamos examinando el calabozo es porque nos estaba observando, y no creo que haya apartado los ojos de la pantalla.
- Ya lo he considerado, Almirante. Algo debe haberle distraído, pues de no ser así habría dejado caer el techo de golpe, o al menos habría mandado a algún miembro de seguridad en cuanto hubiéramos empezado a manipular el panel flojo.
- Bien, si así es como están las cosas, pensemos qué hacer.


Spock tenía razón. Andersson tenía en esos momentos asuntos mucho más importantes de los que ocuparse. Instantes después de que los pinchos salieran del techo, su primer oficial científico reclamó su atención.

- Capitán, nos sigue una nave.
- Identifíquela.
- Está demasiado lejos para un análisis detallado, pero parece una nave de la Federación.
- Capitán, recibo un mensaje de la nave que nos sigue.
- ¿Qué dicen?.
- Nos ordenan que nos rindamos, dicen que nos han descubierto.
- No puede ser. Abra un canal.
- Cuando quiera, Capitán.
- Les habla el capitán Andersson, de la Nave Estelar Bounty. La Federación nos ha enviado en misión de rescate. Identifíquense.
- Capitán, los sensores ya pueden identificarla... ¡Es el Enterprise!.
- ¡No puede ser, está en el otro extremo del cuadrante!
- ¡No el Enterprise B, señor, es la nave de Kirk!
- ¡Alerta roja, aumenten la velocidad... Los dejaremos atrás!.
- Sí señor... Aumentando a WARP dieciséis.

Andersson miró la pantalla, que en aquel momento mostraba un denso campo estelar moviéndose rápidamente. Desde Comunicaciones llegó un mensaje.
- Capitán, detecto una transmisión hacia el Enterprise.
- ¡Pongan en pantalla el calabozo de Kirk! ¡Ahora!.

El techo había descendido completamente, pero no había rastros de sangre en el suelo.

- Se han escapado, ¡Búsquenlos!.
- Enseguida... Están en el puente secundario. Han activado un transmisor subespacial. Interceptaré la transmisión.
- Deben estar intentando avisar al Enterprise para que vuelva a la base y cuente lo ocurrido...
- Eso es, señor, parece que el propio Kirk les ha ordenado que den la vuelta y eviten un conflicto con los romulanos.
- ¡Maldición!... Conseguirá que nuestros planes fracasen... ¿Obedece el Enterprise?
- Sí, señor, están dando la vuelta.
- Viren en redondo, tenemos que interceptarles y destruir su nave. Bloqueen todas sus transmisiones.
- Pero Señor, entonces sabrán que la hemos destruido nosotros.
- No sea estúpido... ¿Cree que la Flota Estelar autorizaría a una Nave Museo a que nos persiguiera?. Deben de haber robado la nave. Si consiguen hacer llegar a la Flota una copia de la transmisión de Kirk entonces sí que estaremos perdidos. Ahora podemos volver a simular información de nuestros sensores para demostrar que sólo respondimos a su ataque.
- ¡A la orden, Capitán!.

El Bounty giró en redondo, y se dirigió hacia el Enterprise a su máxima velocidad.

- Capitán Forester, el Bounty debe haber detectado la transmisión del Almirante Kirk y se dirige hacia nosotros.
- Intente transmitir, entre en contacto con la Flota.
- No podemos, interceptan nuestras señales.
- Lo imaginaba... Alerta Roja, señor Corin. Tendremos que luchar... Ahora veremos si esas misiones en el simulador nos sirvieron para algo.
- Capitán, recibimos una transmisión del Bounty.
- En Pantalla.

Andersson apareció ante todos ellos. Parecía seguro de sí mismo.

- Así que es usted, Forester... No esperaba que su admiración por Kirk le llevara a robar el Enterprise... No es bueno imitar las acciones de otros.
- ¿Seguro que no? A mí no me fue tan mal con el Kobayashi Maru.
- ¿El Kobayashi Maru?. Me dijeron que usted también superó esa prueba, eso significa que nunca se ha enfrentado a la muerte... Bueno, si me espera unos minutos yo mismo solucionaré esa pequeña laguna en su formación.
- Yo no estaría tan seguro. Soy capaz de destruir cualquier nave.
- Lo sé Forester, pero sigo teniendo en mi poder al Almirante y sus amigos... Y si está pensando en volver a utilizar los códigos para controlar mi nave, olvídelo. He anulado ese sistema. Andersson fuera.

- Bien, capitán, las cosas se ponen interesantes. Nuestra potencia de fuego es menor, no podemos usar los códigos para bajar los escudos del Bounty y tampoco podemos destruirlo. Va a ser una batalla histórica.
- Admiro su optimismo, doctor.
- Se llama sarcasmo, Sturek.
- Sea como sea, les costará vencernos. El Enterprise jamás se ha retirado sin presentar batalla... Señor Brady, desvíe toda la energía disponible a los sistemas de armamento, incluida la de emergencia... Corin, muéstreme en pantalla un diagrama táctico.
- ¿Sabe, Forester?, Jim habría hecho lo mismo.
- En ese caso aún tenemos una oportunidad de ganar. Doctor, será mejor que vaya a la enfermería, espero bajas en esta batalla.
- H.M.S Bounty a cien mil kilómetros y aproximándose, capitán. Estaremos a su alcance dentro de dos minutos.
- Bueno... Tripulación, esta es nuestra primera batalla con fuego real. Sólo espero que no sea la última. En cualquier caso, quiero que sepan que ha sido un placer volar con ustedes... Capitán Uhura, es para todos nosotros un honor tenerla a nuestro lado.
- Gracias, Capitán, en cuanto volvamos a casa Scott y yo les invitaremos a todos ustedes a una buena cena.
- Distancia de Fuego, señor.
- ¡Apunten al casco secundario!. Intenten destruir el control gravitacional.

Los fásers del Enterprise dejaron una estela roja como el fuego mientras se aproximaban al cuerpo secundario del Bounty, y desaparecieron contra sus escudos con un tenue resplandor verde. Casi al mismo tiempo, los disparos del Bounty hicieron que todo el Enterprise se estremeciera.

- No conseguiremos traspasar sus escudos así... Preparen torpedos de fotón.
- Sólo tenemos cinco, señor.
- Lo sé, pero no creo que nos dejen disparar más de dos... ¡Fuego!.

CONTINUARA.
Relato escrito por JUAN TERUEL RAMON.

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