miércoles, 14 de octubre de 2009

Entrevista y análisis del prestigioso crítico Manuel Aguilar sobre el libro "Star Trek: La última frontera" I

En estos momentos debe estar distribuyéndose por toda España el libro Star Trek – La última frontera, co-escrito entre Carlos Díaz Maroto y Luis Alboreca, y editado por Ediciones Jaguar, y que se centra en esta célebre franquicia, y en concreto sobre la tripulación originaria de la Enterprise. Aprovechando el momento, os ofrecemos una conversación con los autores, así como un análisis del libro.

Manuel Aguilar: Dentro del panorama general de publicaciones dedicadas a la saga de Star Trek, ¿cuál es vuestra contribución, o qué tratáis de aportar?

Carlos Díaz Maroto: Una pregunta difícil. No es nuestra intención acercarnos a la temática de un modo totalmente novedoso y fascinante. Simplemente, queremos contar desde nuestra perspectiva, a nuestra manera, lo que ha sido Star Trek, aportando datos e informaciones, y al mismo tiempo plantear nuestra opinión al respecto, que para algunos irá a misa, y para otros será deleznable, algo inevitable cuando se trata de un libro que intenta aportar algo de análisis. Todo ello desarrollado en una estructura un tanto similar a otros libros previos de ambos.

Luis Alboreca: Intentamos escribir un libro ameno, analítico e informativo. No pensamos sentar cátedra ni decir que es superior a lo que han escrito muchos otros. Básicamente la serie nos gusta, en líneas generales, y queremos contar cómo se creó, qué ha significado para la gente y para nosotros, obviamente desde nuestro punto de vista.

CDM: Los libros de Alberto Santos han seguido dos estructuras: o una guía de episodios comentada, o un enfoque más concreto sobre razas, por ejemplo. El nuestro se diría que es un collage de todo tipo de enfoques, pero al tiempo intentando otorgar una unidad a todo ello. Nuestro libro no es ni mejor ni peor que los previos (aunque eso lo habrá de juzgar el lector), sólo diferente.

MA: Si algo caracteriza a la saga es su gran longevidad tanto a través del cine como de su medio originario, la televisión. ¿Cómo concentráis todo el potencial que encierra tan gran cantidad de material?

LA: Como sólo nos hemos centrado en la tripulación clásica, hemos hablado sobre el germen que propició toda la mitología sobre Star Trek. Por tanto, dentro de lo que cabe, el trabajo se ha centrado sólo digamos en el comienzo (así como en el final). Abarcar todo sería demasiado ligero y precipitado intentando abarcar todo lo que es el Universo Trek en su globalidad.

CDM: Si hemos de ser sinceros, la intención primera era hacer eso: abarcarlo todo. Pero vimos que era imposible, se necesitaría un libro de 1.800 páginas, o hablar de todo en plan telegráfico. Así pues, decidimos reducir los objetivos, y desarrollarlos más. Y nos centramos en la tripulación clásica, con sus inicios y su final, que es un nuevo inicio, gracias a la película de Abrams.

MA: En cuanto a la serie clásica, además de su calidad, presenta el aliciente de ser la iniciadora, lo que multiplica las posibles ópticas a seguir. ¿Qué esquema utilizáis? En concreto, ¿se trata de un estudio analítico, o también hacéis referencia a los distintos fenómenos más o menos anecdóticos que la acompañan?

CDM: Hablamos de Star Trek, obviamente, pero también hablamos de lo que lo circunda. Cualquier obra no nace porque sí, está rodeada de referentes e influencias. Gene Roddenberry creó la serie a partir de su experiencia vital, sus lecturas y visionados previos, y eso lo intentamos aportar. Y también hablamos de la ciencia ficción televisiva de la época y lo queStar Trek representa en medio de todo ello.

LA: Como bien dice Carlos, todo esto no empezó de la nada, sino que viene del bagaje cultural del creador. E intentamos aportar al lector ese bagaje, las cosas que influyeron a Roddenberry. Por ejemplo, para el capitán Kirk se inspiró en las novelas de Hornblower, por lo cual hablamos un poco de esa saga de narraciones marinas. También intentamos hablar de la visión humanística que tenía el creador, esperando un utópico aunque posible futuro, cuando la humanidad encuentre su lugar en el universo.

CDM: En todo caso, como en las películas de Howard Hawks, a veces hablamos de los personajes por sus acciones, y muchas conclusiones surgen a partir de estudiar los guiones que Roddenberry desarrolló.

MA: La carrera de los diferentes actores que protagonizan la serie no se limita, obviamente, a ésta. ¿Incidís en el resto de sus filmografías, así como en la de secundarios de relevancia que aparezcan en los distintos episodios y películas?

LA: Intentamos ampliar un poco la biografía de los actores y su entorno profesional, para que el lector vea que sus trabajos abarcaban algo más que Star Trek, aunque muchos no tuvieron tanta suerte como otros.


CDM: Respecto a los “secundarios de relevancia”, en ocasiones comentamos con mayor o menor extensión algo de su labor. No podemos hablar de actores como Christopher Plummer, David Warner o Ricardo Montalbán y pasar por encima como si no fuesen nadie, sino que hay que incidir, siquiera mínimamente, en una magnífica carrera que hay sobre sus espaldas.

MA: Es sabido que la calidad de los episodios de la serie clásica se debe ante todo a sus guionistas, la mayoría escritores de ciencia ficción de renombre. ¿Les dedicáis algún apartado especial?

CDM: No tanto como quisiéramos. Nuestra idea inicial era hacer un capítulo completo con apartados para cada uno de ellos, analizar con cierta extensión la carrera profesional de escritores como Richard Matheson, Theodore Sturgeon, Robert Bloch o Jerry Sohl, pero eso alargaría la obra en demasía. En todo caso, hablamos de ellos, y en muchas ocasiones añadimos información complementaria por medio de notas a pie de página.

LA: También mencionamos a Harlan Ellison, autor de un único episodio, y la polémica que surgió a partir de ese guión, manipulado a tal punto que reniega del capítulo, pese a haber sido premiado y ser un estupendo episodio. Star Trek, a causa de los gustos literarios de Roddenberry, supo rodearse de buenos guionistas entre lo más afamado de la narrativa de ciencia ficción, y de eso queda constancia en el libro.

MA: Al hablar de la etapa clásica, no sólo nos referimos a las tres temporadas oficiales: están la serie de animación, que tiene sus detractores y sus fans, y las películas. ¿Les otorgáis el mismo tratamiento que a los episodios pertenecientes al canon, por así decirlo?

LA: Por supuesto, ¿por qué no? La serie animada, pese a las limitaciones técnicas, presenta unas historias muy interesantes, y también tiene, como su predecesora en imagen real, guionistas de renombre. Las películas sin duda fueron el germen de las series posteriores; sin estas no creo que hubiese continuado la franquicia. Por tanto, también se merecen el mismo tratamiento que la serie.

CDM: Puestos a tu incidencia al “mismo tratamiento”, te diré que la serie animada está analizada en el libro con la misma estructura que la serie original, y el comentario dedicado a cada episodio, más o menos, tiene la misma extensión que en aquélla, dentro de lo flexibles que somos, pues cada uno de ellos merece más o menos distensión por diversos factores. En muchas fuentes se suele considerar, a veces, como una cuarta temporada, y pese a que nosotros la comentamos aparte, en tono la tratamos así.

MA: En cuanto a las películas, suele preocupar más a los fans su posible afiliación a la filosofía Trek que sus meras cualidades cinematográficas. Vuestro acercamiento, ¿en qué posición se sitúa?

CDM: Como ha dicho Luis antes, creo, nos gusta Star Trek. Pero, ante todo, somos cinéfilos. No podemos separar una cosa de otra. Las películas son analizadas desde su perspectiva cinematográfica, pero también las ubicamos dentro del Universo Trek y lo que aportan a este. Por ejemplo, en La ira de Khan comentamos la labor de Nicholas Meyer como director, pero también nos hacemos eco de un famoso error de continuidad, como es el encuentro entre Chekov y Khan. En unas cintas nos enrollamos más con una de esas facetas, y en otras con la otra, según lo que den de sí cada una de ellas.

LA: Nuestro empeño es centrarnos en analizar las películas como un ente cinematográfico, hablando del guión, la realización o todo lo que conlleva el hacer un largometraje. Las perspectivas sobre su afiliación Trek se lo dejamos al lector, aunque nosotros demos nuestra opinión. No nos gusta Star Trek porque sí, nos atrae por diversos factores como pueden ser los argumentos, actores o directores. No nos gustan sólo porque sean Star Trek.

CDM: Como es un libro sobre Star Trek, debemos hacer un análisis con esa aproximación, pero no queremos que sea sólo un libro para trekkers. Un aficionado a la ciencia ficción en general podrá interesarse por él sin problema; no ninguneamos el hecho de que Robert Wise dirigiera una obra maestra como Ultimátum a la Tierra. Nos aproximamos a las películas como productos trek, como obras de ciencia ficción y como cine.


Fuente Trekminal y Pasadizo.

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