jueves, 23 de abril de 2009

Critica de Variety

A traves de la web Zonatrek y en una magnifica traduccion de Kohelles, como ya nos tiene acostumbrados por aqui, podemos leer la critica, siempre esperada en los USA, de Variety.


Demoliendo la pantalla a velocidad warp durante dos horas, la nueva y mejorada Star Trek transportará a los fans hasta el nirvana de la ciencia ficción. Es lo suficientemente fiel al espíritu y las claves especiales de la concepción original de Gene Roddenberry –para mantener felices a los que llevan la antorcha de la saga- pero, de forma más crucial, entusiasma de por sí, de un modo tal que la familiaridad con la franquicia resulta irrelevante.


La aventura espacial de JJ Abrams es inteligente y te deja sin aliento, y se percibe como un gran éxito de taquilla que no podría haber esperado siquiera un mes más. Paramount no necesitará de ningún otro estímulo, dado todo el dinero que recaudará con este film alrededor del mundo… y pronto tendremos una nueva película de la saga.

Esta “Star Trek” se acopla a las series de James Bond, en cuanto a franquicias de los años 60 que han sido exitosamente reinventadas, aunque ésta que nos ocupa es la más sorprendente, dado que luego de diez films y una sucesión de series televisivas, parecía agotada. Con todo respeto, Abrams y sus usuales colaboradores -Roberto Orci y Alex Kurtzman- han transferido el ADN de Roddenberry a un nuevo cuerpo que zumba con joven energía.


Tal como sucedió con Bond y “Casino Royale”, el equipo de Abrams decidió que lo mejor sería regresar al comienzo –antes, de hecho, del primer programa de TV de 1966-, para mostrar los orígenes de James Kirk y Spock, y el lanzamiento de la USS Enterprise. Hay aquí, además de un bien escogido elenco de actores relativamente desconocidos, un intenso villano nuevo, efectos especiales de última generación, y un estilo narrativo dinámico que consigue que “Star Trek: The Motion Picture” se vea como si hubiera sido filmada hace 60 años (y no 30)… y se planten las semillas de una nueva y absoluta generación de trekkers.


Un prólogo de acción espectacular, de 12 minutos de duración, logra dos cosas: limpia las expectativas residuales de otras series, y prepara el terreno para esta emoción (de la cual hay mucha). El guión está trazado en base al pasado y al futuro, pero nunca pierde de vista el presente, en el cual el joven James Tiberius Kirk (Chris Pine), un salvaje muchacho de Iowa cuyo padre se había inmolado al comando de una nave espacial en el mismo momento en que nacía su hijo, es convencido por el capitán Pike (Bruce Greenwood) de enrolarse en la Academia de la Flota Estelar, con miras a unirse a la tripulación de la Enterprise.


Es la misma meta de Spock (Zachary Quinto), cuya problemática historia como medio-humano y medio-vulcano ha sido hábilmente delineada. Si el guión tiene una preocupación en especial, es la de describir cómo estas dos figuras opuestas se convierten en dos colegas que confían el uno en el otro. Y ésa es una clave no sólo de este film, sino de todas las series, de las que han sido y de las que vendrán.


Al minuto 40 del film, cuando el capitán Pike dice “¡Hagámoslo!”, la tripulación principal (de la nave) está compuesta por el pesimista profesional Leonard “Bones” McCoy (Karl Urban), la inteligente Uhura (Zoe Saldaña), el valorizado Sulu (John Cho) y un genio ruso de 17 años llamado Chekov (Anton Yelchin).


Los fans de larga data se sentirán muy cómodos a bordo de esta nueva Enterprise, que podría compararse con el nuevo estadio de los Yankees. Se ve atractiva y, técnicamente está al día (en este milenio), pero tiene un ambiente familiar. Los uniformes tampoco son muy disímiles de los originales, pero no tienen el aire ñoño que nos resultó risible en las viejas series de TV.Mucho más osado es el diseño del gigante nacido en el espacio que clama por su hogar, el feroz Nero (Eric Bana). Se parece a un hermano (pero tatuado y entrecano) del Voldemort que interpretó Ralph Fiennes en las series de “Harry Potter”. Nero pretende aniquilar los planetas de la Federación, ante todo Vulcano y la Tierra.


Por desgracia, Nero tiene los medios de conseguir su propósito: taladros, que pueden lograr que un planeta implosione. Una de las escenas más espectaculares del film presenta a Kirk liderando a otros dos personajes en una caída libre desde el espacio hacia uno de estos taladros, y luego allí pelean contra dos matones, mientras el destino de un planeta y sus muchísimos habitantes penden del resultado de esa lucha.


El haber sido desterrado a un planeta helado, Delta Vega, le permite a Kirk hacer un involuntario viaje en el tiempo y encontrar una vieja versión de Spock (Leonard Nimoy, en mucho más que un breve cameo); una casualidad que complica los asuntos en la continuidad del espacio-tiempo.


“Star Trek” se dispara como lo haría un hermosísimo vehículo del que no puedes sino admirar su diseño y su rendimiento. Cambia la marcha muy a menudo, pero siempre con delicadeza, y cuando piensas que le convendría ir más despacio, acelera una y otra vez...


El Kirk de Pine, en un principio, tiende a la excesiva arrogancia, pero sufre suficientes reveses y sorpresas terribles, a las que el actor es forzado a responder de modo más diverso y considerado. (Algunos hablarán de su color de cabello, sin duda, porque varía del rojizo al rubio de acuerdo a la escena.) Y allí están Quinto, quien interpreta muy bien al joven Spock, un personaje que intenta definir y perfeccionar qué clase de hombre quiere ser; Urban, como el doctor, resulta una promesa de actor cómico; Yelchin, y Simon Pegg (este último, como un reputado e ingeligente ingeniero, hará brotar veraderas risas de la platea) y Saldaña, vibrante como la tripulante femenina que concede sus favores a un colega para exasperación de otro… Bana resulta memorablemente temible en su rol de villano.


La producción y los efectos especiales son de primer nivel. La banda de sonido de Michael Giacchino ruge… (a veces un poco demasiado, tal vez), pero con personalidad y vigor.


Fuente Zonatrek.

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