lunes, 1 de junio de 2009

Wil MCcarthy explica como explotan los planetas en ST.

En Zonatrek encontramos este interesante articulo donde explican la destruccion de Vulcano.


Una verdadera eminencia (y aparentemente también un gran conocedor del universo trekker), McCarthy analiza la “materia roja” y la desaparición de Vulcano.


Wil McCarthy es ingeniero de cohetes, diseñador de robots, nanotecnólogo, autor de ciencia-ficción y ocasional acuanauta. Ha contribuido a la construcción de tres naves interplanetarias, cinco satélites meteorológicos y de comunicación, una línea de robots buscaminas, y algunas otras cosas de las que no quiere hablar. Sus ensayos fueron publicados por las prestigiosas revistas Analog, Asimov's, Wired y Nature (entre otras) y tiene varios libros editados.


"No tengo el hábito de hacer spoilers, pero a nadie ya sorprende saber que en el nuevo film de Abrams un planeta desaparece en un agujero negro. Y digo que no sorprende, porque cosas así suceden en Star Trek todo el tiempo. ¿Recordáis cómo la explosión de Ceti Alpha VI condenó a Khan y a sus seguidores a una brutal subsistencia desértica en Ceti Alpha V? ¿O cómo la Máquina del Juicio Final cortó una franja en el Cuadrante Alfa, engulléndose planetas en el camino? ¿O a la Entidad Cristalina, con su costumbre de devorar biósferas enteras? Y no olvidemos el planeta Génesis, cuya columna vertebral de protomateria inestable lo llevó a una vida corta y a una muerte rápida y violenta. O las estrellas habitables que con tanta indiferencia destruyó el criminal y doctor Tolian Soran, buscando volver al “nexus” espaciotemporal donde alguna vez había vivido una breve eternidad.


Pero hay algo a tener en cuenta: destruir un planeta lleva tiempo. Son objetos grandes, densos, y destruirlos no es como hacer explotar un globo, ni siquiera como vaporizar una ciudad con una bomba nuclear. De hecho, una mejor analogía serían las minas a cielo abierto, cuando la roca sólida necesita ser rota y quitada, utilizando miles de toneladas de dinamita, durante docenas de años. Aun si tú arrojaras una bomba o dispararas un rayo mortal lo suficientemente poderoso como para reducir a todo un planeta a escombros, sigues teniendo el problema de la gravedad: esos escombros seguirán estando allí o, peor, se esparcirán y luego volverán a reunirse. El planeta resultante no será sólido sino flojo (imaginaos un montón de arena, o un camión lleno de grava), pero aún así seguirá siendo redondo, seguirá teniendo gravedad, y tu nave espacial podrá seguir orbitándolo. Este proceso, por supuesto, matará toda cosa viviente en el planeta, cosa que seguramente satisfará propósitos políticos o militares, pero los estándares de Hollywood son más altos: el planeta, vamos, tiene que desaparecer.


En el caso de una explosión, las energías implicadas son colosales. La Tierra (por ejemplo) pesa 6 mil millones de quadrillions (10 a la vigésimocuarta potencia) de toneladas, y aun si ignoramos cuánta fuerza es necesaria para convertirla en pedacitos, deberíamos de acelerar cada trocito para que escapara a más de 10.000 metros por segundo, en todas las direcciones posibles, para superar su gravedad colectiva y evitar que vuelva a reunir sus pedazos. Eso significa casi un quadrillion de gigajoules de energía kinética. Es el equivalente de todas las tormentas eléctricas de la Tierra durante un millón de quadrillions de años, o el total de calor que emite el sol durante tres décadas. Sí. Y, por supuesto, para conseguir el efecto visual requerido, necesitaríamos enviar esa energía en una sola fracción de segundo.


Aquí, Star Trek resuelve el problema goteando una sustancia misteriosa llamada “materia roja” en el núcleo del planeta, logrando alguna clase de reacción gravitatoria en cadena que colapsa todo en un agujero negro. Esto es un poco más razonable. Pero, como mucho en Star Trek, lo que vemos en pantalla es difícil de reconciliar con las leyes conocidas de la física.


Supongamos que una gota de materia roja pesa mil millones de toneladas métricas. Claramente pesa mucho menos que eso, o de otro modo una esfera de esta materia, del tamaño de un Volkswagen, sería imposible de arrastrar aun con la mejor velocidad de curvatura del universo. Pero aquí seremos generosos. En primer lugar, necesitarías un taladro increíble para soportar un hueco hasta el centro del planeta, porque no habría material lo suficientemente resistente como para sostener la materia roja. Ésta se caería en la corteza, en el manto y en el núcleo, como una bala de cañón a través de un montón de plumas. De hecho, se movería rápidamente a través del planeta y saldría por el otro lado, haciendo “eses” una y otra vez hasta que la fricción finalmente la desaceleraría y la detendría. Esto podría llevar días, pero digamos (otra vez, generosamente) que la materia roja tiene alguna propiedad especial que le permite detenerse instantáneamente apenas alcanza el centro del planeta. Todo lo que deberías hacer es dejarla caer desde una altura de mil kilómetros, y el resto es historia.


¿Primer problema? Como he dicho, los planetas son grandes, y para llegar al centro de un planeta como la Tierra necesitas atravesar más de 6.000 km de material sólido. Esto toma mucho más tiempo del que piensas, porque una vez que estás dentro del planeta, comienzas a experimentar menos de su gravedad, y así hasta llegar al centro, donde estás totalmente ingrávido, porque la gravedad de toda la roca y el magma empujan hacia fuera en todas direcciones. Una vez que estás dentro, hay menos y menos fuerza para acelerarte. Incluyendo los mil kilómetros de la altitud inicial, sólo la caída tomaría 2.8 minutos.


¿Segundo problema? Aun si se formara allí un agujero negro, simplemente no tiene ese poder de destrucción.


(El “segundo problema” con su explicación completa, varias conclusiones, y un sinnúmero de explicaciones y singulares enseñanzas científicas pueden encontrarse en el artículo original (en inglés), que resulta imposible, por su extensión, de ser publicado aquí. Wil McCarthy termina diciendo.


La destrucción del planeta no habría sido de ningún modo tan rápida ni tan total como los hábiles guionistas y director de Star Trek quieren que creamos. Dado que todo esto dura unos pocos minutos de un argumento de más de dos horas, seguramente la veréis de todos modos, como otros millones de personas lo han hecho. Respetuosa de la franquicia trekker, es una historia tensa, divertida y a fin de cuentas esperanzada que seguramente disparará toda una nueva secuencia de reinicio de una gloria cinemática."


Fuente Zonatrek.

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