POR CHARLES COTAYO
CCOTAYO@ELNUEVOHERALD.COM
El lucrativo género cinematográfico de aventuras de ciencia ficción tendría menos impacto en el público sin sus grandes villanos.
¿Quién ha podido olvidar a la maligna computadora de 2001 (1968), a la extraterrestre con sangre de ácido de Aliens (1986), o a la espeluznante encarnación de Ricardo Montalbán como el nefasto Khan en Star Trek: The Wrath of Khan (1982)? Sin villanos casi invencibles como ellos, probablemente no existirían los superhéroes.
En Star Trek (2009), que esta semana llegó a los cines y a las pantallas gigantescas de IMAX, el australiano Eric Bana, conocido por sus brillantes actuaciones en el desgarrador drama de crimen Chopper (2002), la menospreciada fantasía Hulk (2003), la monumental Troy (2004), el thrillerMunich (2005) y la comedia romántica Lucky You (2007), interpreta al archienemigo Nero, su meta: la venganza, su modus operandi: la astucia de un maquiavélico príncipe intergaláctico.
Tradicionalmente, demasiados villanos son interpretados de una manera exagerada. El espectador sabequiénes son los ''malos'' antes de que digan una palabra o tiren una piedra. Su vestimenta, típicamente en tonos oscuros como los de un Conde Drácula, es la primera señal de que estamos en presencia de un posible demonio. En Star Trek, Bana y el director J.J. Abrams hacen todo lo contrario con respecto a Nero: humanizan a una figura diabólica, haciéndolo así más terrible y feroz.
"Pensé que [Nero] sería un villano más interesante con matices de silencio, de rabia contenida y de rabia desatada: un poco de luz y de sombra'', precisa Bana en entrevista con El Nuevo Herald desde Los Angeles. ``El tenía el potencial de ser [una figura] aterrorizante y temible. Considero a ese tipo de personaje más aterrador cuando tiene la paciencia de mantenerse callado''.
Y el actor enfatiza un factor primordial para no menospreciar el valor del bien: ``No estaba tratando de convertirlo en alguien con quien tengamos que simpatizar''.
Sin embargo, su idea de la manera ideal de interpretar a un antagonista o villano es ''entender'' la causa detrás de la rabia. Divulgar las razones de la maldad de Nero sería regalar gran parte de la historia, pero señalaremos sólo que Bana logra equilibrar el ángel y el demonio dentro del dictador del planeta Romulus: los enemigos del planeta Tierra, entre otros mundos ``pacíficos''.
''Siempre me ha molestado cuando un villano se presenta [en la pantalla] y tenemos que simplemente aceptar el hecho de que es un villano'', recalca Bana. ``En el caso [de Star Trek] estaba determinado a entender el motivo que convirtió a Nero en un amargado y vengativo líder''.
No obstante, Bana señala cierta consideración que se debe tomar bien en cuenta cuando se hace eso: no causar un ''conflicto'' dentro del espectador, "El objetivo es resaltar un mayor sentido de drama'', afirma. ``Eso se experimenta cuando se percibe la lógica que equilibran ambos lados [del personaje]''.
Cuando entrevistamos a Roberto Orci, uno de los productores ejecutivos y guionistas de Star Trek, señaló que este impresionante capítulo, los efectos especiales son insólitos, en la saga de la serie que se presentó originalmente en la televisión entre 1966 y 1969, no es una secuela ni una prequela del concepto creado por el legendario productor y escritor Gene Roddenberry (1921-1991).
Y si bien es difícil clasificar esta suerte de ''reposicionamiento'' por una nueva generación de los personajes iconográficos de la serie, como el capitán Kirk (Chris Pine), Spock (Zachary Quinto), Uhura (Zoe Saldaña), Scotty (Simon Pegg) y Sulu (Jon Cho), entre otros, en sus aventuras por los lejanos horizontes del universo, lo indiscutible es que el casting de Bana fue una movida perfecta.
''Uno siempre aspira a [crear] un villano de la talla de Khan, pero [Star-Trek: The Wrath of Khan] fue diseñada para él, mientras que nuestra película tiene el reto de reintroducir los personajes originales'', asevera Orci. 'Fue una necesidad estructural [dentro de la trama] que el `tipo malo' tenía que 'brillar' fulgurantemente en la pantalla. Bana invirtió un espíritu y una profundidad que francamente no estaba en las páginas del guión. El entendió el proyecto tan claramente que se convirtió en un miembro del equipo''.
Y en esa unión artística, en ese equilibrio de forma y contenido que ha logrado una producción claramente realizada para un mercado comercial --sin pasar por alto el balance entre la dramatización del bien y del mal-- con sentido de humor y buen gusto, Bana, Abrams, Orci y compañía han logrado una obra maestra pop comparable a un viaje en una montaña rusa, dejando al espectador con la boca abierta.
''Esencialmente, se trata de volver a la infancia por medio de la imaginación y hacer contacto con ese niño interno'', concluye Bana.
Fuente El Nuevo Heraldo.
CCOTAYO@ELNUEVOHERALD.COM
El lucrativo género cinematográfico de aventuras de ciencia ficción tendría menos impacto en el público sin sus grandes villanos.
¿Quién ha podido olvidar a la maligna computadora de 2001 (1968), a la extraterrestre con sangre de ácido de Aliens (1986), o a la espeluznante encarnación de Ricardo Montalbán como el nefasto Khan en Star Trek: The Wrath of Khan (1982)? Sin villanos casi invencibles como ellos, probablemente no existirían los superhéroes.
En Star Trek (2009), que esta semana llegó a los cines y a las pantallas gigantescas de IMAX, el australiano Eric Bana, conocido por sus brillantes actuaciones en el desgarrador drama de crimen Chopper (2002), la menospreciada fantasía Hulk (2003), la monumental Troy (2004), el thrillerMunich (2005) y la comedia romántica Lucky You (2007), interpreta al archienemigo Nero, su meta: la venganza, su modus operandi: la astucia de un maquiavélico príncipe intergaláctico.
Tradicionalmente, demasiados villanos son interpretados de una manera exagerada. El espectador sabequiénes son los ''malos'' antes de que digan una palabra o tiren una piedra. Su vestimenta, típicamente en tonos oscuros como los de un Conde Drácula, es la primera señal de que estamos en presencia de un posible demonio. En Star Trek, Bana y el director J.J. Abrams hacen todo lo contrario con respecto a Nero: humanizan a una figura diabólica, haciéndolo así más terrible y feroz.
"Pensé que [Nero] sería un villano más interesante con matices de silencio, de rabia contenida y de rabia desatada: un poco de luz y de sombra'', precisa Bana en entrevista con El Nuevo Herald desde Los Angeles. ``El tenía el potencial de ser [una figura] aterrorizante y temible. Considero a ese tipo de personaje más aterrador cuando tiene la paciencia de mantenerse callado''.
Y el actor enfatiza un factor primordial para no menospreciar el valor del bien: ``No estaba tratando de convertirlo en alguien con quien tengamos que simpatizar''.
Sin embargo, su idea de la manera ideal de interpretar a un antagonista o villano es ''entender'' la causa detrás de la rabia. Divulgar las razones de la maldad de Nero sería regalar gran parte de la historia, pero señalaremos sólo que Bana logra equilibrar el ángel y el demonio dentro del dictador del planeta Romulus: los enemigos del planeta Tierra, entre otros mundos ``pacíficos''.
''Siempre me ha molestado cuando un villano se presenta [en la pantalla] y tenemos que simplemente aceptar el hecho de que es un villano'', recalca Bana. ``En el caso [de Star Trek] estaba determinado a entender el motivo que convirtió a Nero en un amargado y vengativo líder''.
No obstante, Bana señala cierta consideración que se debe tomar bien en cuenta cuando se hace eso: no causar un ''conflicto'' dentro del espectador, "El objetivo es resaltar un mayor sentido de drama'', afirma. ``Eso se experimenta cuando se percibe la lógica que equilibran ambos lados [del personaje]''.
Cuando entrevistamos a Roberto Orci, uno de los productores ejecutivos y guionistas de Star Trek, señaló que este impresionante capítulo, los efectos especiales son insólitos, en la saga de la serie que se presentó originalmente en la televisión entre 1966 y 1969, no es una secuela ni una prequela del concepto creado por el legendario productor y escritor Gene Roddenberry (1921-1991).
Y si bien es difícil clasificar esta suerte de ''reposicionamiento'' por una nueva generación de los personajes iconográficos de la serie, como el capitán Kirk (Chris Pine), Spock (Zachary Quinto), Uhura (Zoe Saldaña), Scotty (Simon Pegg) y Sulu (Jon Cho), entre otros, en sus aventuras por los lejanos horizontes del universo, lo indiscutible es que el casting de Bana fue una movida perfecta.
''Uno siempre aspira a [crear] un villano de la talla de Khan, pero [Star-Trek: The Wrath of Khan] fue diseñada para él, mientras que nuestra película tiene el reto de reintroducir los personajes originales'', asevera Orci. 'Fue una necesidad estructural [dentro de la trama] que el `tipo malo' tenía que 'brillar' fulgurantemente en la pantalla. Bana invirtió un espíritu y una profundidad que francamente no estaba en las páginas del guión. El entendió el proyecto tan claramente que se convirtió en un miembro del equipo''.
Y en esa unión artística, en ese equilibrio de forma y contenido que ha logrado una producción claramente realizada para un mercado comercial --sin pasar por alto el balance entre la dramatización del bien y del mal-- con sentido de humor y buen gusto, Bana, Abrams, Orci y compañía han logrado una obra maestra pop comparable a un viaje en una montaña rusa, dejando al espectador con la boca abierta.
''Esencialmente, se trata de volver a la infancia por medio de la imaginación y hacer contacto con ese niño interno'', concluye Bana.
Fuente El Nuevo Heraldo.
Bana es uno de los mejores actores australianos, es mi favorito. Solo ire a ver la pelicula por el...
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