lunes, 9 de enero de 2012

La otra Saavik


Robin Curtis hizo algo difícil: fue Saavik en ST III: The Search of Spock, reemplazando a Kirstie Alley. Su interpretación fue poderosa; se inventó a una Saavik vulcana que sin embargo no carecía de emociones: todos la vimos quebrarse cuando David, el hijo de Kirk, murió a manos de los klingon. Un par de años después Saavik volvió, si bien por sólo un ratito, en ST IV: The Voyage Home; la actriz, al igual que todos, se desilusionó cuando su “embarazo” de Spock quedó en el limbo. Pero Robin regresó una vez más, como Tallera/T´Paal en “Gambit I y II” (TNG). Este reportaje, realizado durante una convención trekker, fue publicado hace dos días, y la señora cuenta su historia.


Los fans le piden autógrafos y algunos la consideran “la verdadera” Saavik. ¿Qué le pasa a usted cuando escucha eso?


¿No es impresionante? Algunos fans llegaron a Star Trek recién con Star Trek III, y mi Saavik fue la primera experiencia que ellos tuvieron con este personaje. Sólo hubo un lapso de dos años entre ST II y ST III, pero muchos no llegaron a ver a Kirstie Alley; fueron al cine y yo terminé siendo su verdadera Saavik… me encanta. Y también charlé con los fans nuevos, que se metieron en la historia de Star Trek gracias a la película de J.J. Abrams… y me reconocen como Saavik: siempre pensé en ST como una franquicia, y después de ST 2009 creo que realmente se consolidó como tal, después de tantos años… No es fácil mantener algo así, pero creo que esa película validó a Star Trek como una historia de estos tiempos: fue fresca, sexy, actual; la música, el elenco, el guión… todo. Agradezco muchísimo a los creadores de ese film, porque me volví a sentir orgullosa de haber sido parte de Star Trek. Eso no quiere decir que no estuviera orgullosa antes: siempre lo estuve y siempre lo estaré. Pero esa película re-energizó toda la franquicia; la gente redescubre ahora las viejas series y las viejas películas; jóvenes y mayores vuelven a participar de las convenciones… Fue algo inspirador que inyectó entusisamo a todos los que estamos implicados en la franquicia.

Volviendo a Star Trek III, ¿cuántas veces audicionó para el papel de Saavik?

Me acuerdo de todo muy, muy, muy claro. Fui al casting pero en realidad no era una audición, porque no había nada para leer. Uno o dos días después me encontré con Leonard Nimoy cara a cara; fue la primera vez que tuve que decir algo del guión, pero no volví a audicionar hasta la prueba de pantalla. Leonard me ayudó mucho. Él salía de detrás de las cámaras (N. de K.: Nimoy fue el director de la película) y luego se ponía delante, y entendía perfectamente qué tan loco y ansioso se puede poner un actor: me quitó toda la locura.

¿Alguna vez Nimoy le dijo específicamente por qué la eligió a usted?

La primera vez que nos vimos, cuando me despedí, me estrechó la mano. Nunca me voy a olvidar. Me dio la mano a la salida de su oficina y me dijo: “No tengo dudas de que podés interpretar este papel”. Honestamente, y no trato de ser humilde ni modesta, no sé por qué Nimoy creía eso. Yo no me sentía nada segura. No me sentía muy Saavik. No controlaba mis emociones. Habiendo tantas actrices que sabrían comportarse, ser estoicas… yo no era así. No sé cómo me las arreglé para contenerme, pero supongo que Leonard creyó que lo hice bien. Recuerdo que una de las frases que me dio como base del personaje fue: “Mil años de sabiduría detrás de los ojos”. Vamos, ¿quién va a decir que puede tener un milenio de sabiduría detrás de sus propios ojos? Pero esas fueron las palabras de Leonard para explicar la profundidad de la inteligencia de Saavik.

¿Qué fue lo que más le fascinó de Saavik?

Su compostura y su habilidad para sobreponerse a asuntos irritantes o emocionales. La traición de David habría sido tremenda para cualquiera, especialmente para un humano. Saavik, siendo vulcana, se bancó saberlo y también se bancó presenciar su muerte. Y luego tuvo que guiar a Spock a través de sus difíciles transiciones. Y para mí, para Robin, fue difícil interpretar a un personaje que atravesaba por estas situaciones de un modo tan estoico. Casi me muero cuando tuve que decir: “David está muerto”. Pero tuve que decirlo, y tuve que decirlo siendo Saavik, la vulcana. Lo hice, pero se me trabaron un poco las palabras. Y Nimoy me dirigía como a través de un microscopio. Dijo: “No quiero que respires”. No quiso que respirara durante esa línea de diálogo.
En Star Trek IV su personaje terminó siendo un cameo. Seguramente usted esperaba más… ¿qué pasó?

Fue raro. Después de lo que pasó con Kirstie Alley, los empresarios negociaban por cada película luego de la tercera: por la cuarta, por la quinta y por la sexta. Yo tenía sólo 28 años, nunca había cobrado más de dos pesos por año, y esto era gigante: tener un contrato por tres años más… Así, pasaron semanas y semanas y Star Trek IV siempre estaba por filmarse y no se filmaba, y el contrato se anuló porque había una cláusula temporal… mi gente iba a la Paramount y preguntaba: “¿Qué pasa?”, y no les decían nada. Nos dimos cuenta de que el personaje no iba a tener continuidad, de que la idea de que Saavik se embarazaba y de que habría una conexión entre ella y Spock, no iba a seguir. Lo mejor que me pasó fue ver que el film estuvo fabuloso.

Ahora, háganos un favor e ilústrenos. Algunos fans dicen que Saavik no era totalmente vulcana, sino medio romulana. Es importante saberlo, porque mucha gente compara su interpretación con la de Kirstie Alley y la ve a usted como más vulcana… Y no olvidemos las novelas, entre ellas Khan y Search for Spock, que dicen que Saavik era medio vulcana y medio romulana.

¿Usted qué cree?Me gusta que me preguntes eso, porque hay una gran discusión al respecto. Creo que Kirstie Alley y Nicholas Meyer (director y escritor de Khan) querían que Saavik fuera vulcana y romulana, y la llevaron por ese camino. Y las novelas siguieron por ahí. ¿Son o no son oficiales, son o no son canon? Pero en el caso de Star Trek III, no importaba. Leonard Nimoy creía que Saavik era vulcana. Él eligió eso, y yo elegí lo que él había elegido. Interpreté a Saavik del modo en que él me lo pidió.

Usted volvió a ST para hacer de Tallera in the “Gambit, I y II” (TNG). ¿Cómo fue?

La gente suele preguntarme al respecto, les agradezco mucho, y muchos piensan que hubo alguna conexión entre ST III y IV y TNG… pero no. Cuando fui a postularme para TNG se sabía que yo había tenido una historia en Star Trek, lo que se me hacía complicado, pero, en la primera audición, me di cuenta de que no irían a tratarme de manera diferente de cualquiera otra persona que entrara por la puerta. Y me pareció bien. Me ofrecieron un papel y, creéme, quise hacerlo, porque los fans me lo pedían en las convenciones. Me habían pedido para el papel de K’Ehleyr que terminó haciendo Suzie Plakson (no pude por otros compromisos), pero terminé en “Gambit” y, te repito, no me la hicieron fácil. Tuve que audicionar, tuve que esperar a que me llamaran, y estaba muy ansiosa porque significaba mucho para mí. Trabajé en mi papel durante tres semanas, y estar al lado de Patrick Stewart fue alucinante.

¿Qué está haciendo ahora?

Vivo en el estado de Nueva York, al sureste de Siracusa, cerca de un lago muy lindo. Hace ocho años me compré una casa que data de 1830; estaba loca… una mujer de 50 años, comprándose una casa antigua… Pero estoy feliz, manejo una pequeña empresa constructora-inmobiliaria familiar, y hago decoraciones. Nos reinventamos y sobrevivimos a esta debacle económica que vivimos en los Estados Unidos, me ocupo de esto todo el tiempo, todos los días. Pero sigo yendo a convenciones: me encanta encontrarme con mis fans. Me encantaría actuar más. Tengo escrita una comedia unipersonal y espero que alguien me la produzca: A Good Girl: A Sexual Odyssey of a 55-Year-Old Woman (Una buena chica: odisea sexual de una mujer de 55).

Traducción y resumen para Guia ST Kohelles

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