Las carcajadas de Korrd aumentaban cada vez más.
- Recuerde, Doctor, que en sus manos estuvo mi vida.
- ¡Querrá decir en mi cabeza! Prefiero tenerlo a mi lado que dentro de mí.
- Bien caballeros - Korrd habló antes de que Spock pudiera responder- hablaremos de todo esto y de alguna que otra cosa más dentro de un rato. Cuando estén listos avísenme, aún nos quedan varias sorpresas.... Corto.
- La vida está llena de pequeños milagros.
- ¿Por qué lo dice, Doctor?
- Un Klingon se considera nuestro amigo, y admira tanto a Jim que ha venido con treinta naves a escoltarnos... Y por si eso fuera poco ahora converso con un Vulcano que cuando por fin se ha ganado el derecho de ser considerado humano se empeña en volver a ocultar su naturaleza.
- No sé a qué se refiere Doctor, ésta es mi verdadera naturaleza.
- Como usted diga, Spock.
Bones estaba demasiado contento para discutir, así que se fue a ver cómo les iba a Uhura y Chekov. Sulu y Scotty sonrieron levemente, lo justo para no enfadar a Spock.
- Ya casi hemos llegado, señor Spock.
-Bien, señor Sulu, informaré a nuestra escolta. Parada total cuando yo lo ordene. -Spock se aproximó a la consola de Uhura y mandó una cordial invitación a los capitanes del resto de las naves- Parada total, señor Sulu.
- Parada total, señor Spock.
- Pueden ir a ayudar a Uhura y Chekov si lo desean, cosa bastante probable ahora que el Doctor está con ellos. -Dijo mientras se disponía a salir del Puente- Estaré en mi camarote si me necesitan.
- ¿Has oído? ¡Ha vuelto a bromear!
- Sí Scotty -corroboró Sulu- No sólo eso, creo que ya empiezo a acostumbrarme.
- Ve a ayudar a esos tres -contestó Scotty-, yo me quedaré de guardia.
- Hasta luego Scotty.
Sulu salió y Scott se quedó solo en el puente, afanándose en la consola para comprobar que hasta el último circuito de la nave funcionaba a pleno rendimiento... Montgomery Scott era sin lugar a dudas el ingeniero más perfeccionista de la Galaxia, y también el mejor.
- ¿Cómo va eso? -preguntó Sulu nada más entrar en el salón- Parece que esto avanza.
- Ya ves Hikaru -Uhura puso el último mantel mientras los demás empezaban ya a traer botellas, copas y demás- En cinco minutos podremos recibir a nuestros invitados como se merecen.... ¿Dónde está Scotty?
- En el Puente, de guardia.
- Y Spock, ¿dónde se ha metido? -preguntó Bones.
- Decía que se iba al observatorio, puede que esté cansado.
- No lo creo. Iré a buscarlo, usted releve a Scotty en el Puente y que empiece a transmitir coordenadas para que los Klingons se transporten. Yo iré a ver qué le pasa a nuestro comandante y lo mandaré a que los reciba.
- Bien Doctor.
Ambos salieron, Sulu a por Scott y McCoy a por Spock.
Bones llegó hasta la puerta y una vez allí se detuvo a pensar un instante. Llamó y escuchó atentamente.... Nada. Probó la puerta y ésta se abrió enseguida. No dudó al entrar, pero se detuvo en la mitad del camarote. Spock estaba allí, entre el timón de barco y el gran ventanal que mostraba el paso de las estrellas cuando el Enterprise se movía. No había luces, como era habitual cada vez que Spock se retiraba a meditar. Siguió andando y se colocó al timón, como si realmente pudiera gobernar la nave desde allí.
- ¿Desea algo, Doctor?
- Que me llames Bones, como todos los demás, pero supongo que eso no es posible.
- Quién sabe. No hace mucho que utilicé un diminutivo al dirigirme al señor Scott.
- Hace algún tiempo, cuando Jim se debatía entre la vida y la muerte en mi enfermería yo le dije, casi como si él pudiera oírme, que después de todo aún podía haber esperanza para usted. A lo mejor estaba en lo cierto.
- Debo serle franco, Doctor.
- ¿Franco?, creía que los vulcanianos siempre lo eran.
- Lo somos, pero hay circunstancias que lo cambian todo.
- ¿Como la muerte de un amigo, quiere decir?
- Doctor, no creo que Jim esté muerto, al menos, no como nosotros entendemos la palabra.
Bones, que hasta ahora había hablado sin dejar de mirar al frente volvió la cabeza y miró a Spock a la cara, tratando de descubrir algún indicio de fiebre o algo parecido.
- Recuerde, Doctor, que en sus manos estuvo mi vida.
- ¡Querrá decir en mi cabeza! Prefiero tenerlo a mi lado que dentro de mí.
- Bien caballeros - Korrd habló antes de que Spock pudiera responder- hablaremos de todo esto y de alguna que otra cosa más dentro de un rato. Cuando estén listos avísenme, aún nos quedan varias sorpresas.... Corto.
- La vida está llena de pequeños milagros.
- ¿Por qué lo dice, Doctor?
- Un Klingon se considera nuestro amigo, y admira tanto a Jim que ha venido con treinta naves a escoltarnos... Y por si eso fuera poco ahora converso con un Vulcano que cuando por fin se ha ganado el derecho de ser considerado humano se empeña en volver a ocultar su naturaleza.
- No sé a qué se refiere Doctor, ésta es mi verdadera naturaleza.
- Como usted diga, Spock.
Bones estaba demasiado contento para discutir, así que se fue a ver cómo les iba a Uhura y Chekov. Sulu y Scotty sonrieron levemente, lo justo para no enfadar a Spock.
- Ya casi hemos llegado, señor Spock.
-Bien, señor Sulu, informaré a nuestra escolta. Parada total cuando yo lo ordene. -Spock se aproximó a la consola de Uhura y mandó una cordial invitación a los capitanes del resto de las naves- Parada total, señor Sulu.
- Parada total, señor Spock.
- Pueden ir a ayudar a Uhura y Chekov si lo desean, cosa bastante probable ahora que el Doctor está con ellos. -Dijo mientras se disponía a salir del Puente- Estaré en mi camarote si me necesitan.
- ¿Has oído? ¡Ha vuelto a bromear!
- Sí Scotty -corroboró Sulu- No sólo eso, creo que ya empiezo a acostumbrarme.
- Ve a ayudar a esos tres -contestó Scotty-, yo me quedaré de guardia.
- Hasta luego Scotty.
Sulu salió y Scott se quedó solo en el puente, afanándose en la consola para comprobar que hasta el último circuito de la nave funcionaba a pleno rendimiento... Montgomery Scott era sin lugar a dudas el ingeniero más perfeccionista de la Galaxia, y también el mejor.
- ¿Cómo va eso? -preguntó Sulu nada más entrar en el salón- Parece que esto avanza.
- Ya ves Hikaru -Uhura puso el último mantel mientras los demás empezaban ya a traer botellas, copas y demás- En cinco minutos podremos recibir a nuestros invitados como se merecen.... ¿Dónde está Scotty?
- En el Puente, de guardia.
- Y Spock, ¿dónde se ha metido? -preguntó Bones.
- Decía que se iba al observatorio, puede que esté cansado.
- No lo creo. Iré a buscarlo, usted releve a Scotty en el Puente y que empiece a transmitir coordenadas para que los Klingons se transporten. Yo iré a ver qué le pasa a nuestro comandante y lo mandaré a que los reciba.
- Bien Doctor.
Ambos salieron, Sulu a por Scott y McCoy a por Spock.
Bones llegó hasta la puerta y una vez allí se detuvo a pensar un instante. Llamó y escuchó atentamente.... Nada. Probó la puerta y ésta se abrió enseguida. No dudó al entrar, pero se detuvo en la mitad del camarote. Spock estaba allí, entre el timón de barco y el gran ventanal que mostraba el paso de las estrellas cuando el Enterprise se movía. No había luces, como era habitual cada vez que Spock se retiraba a meditar. Siguió andando y se colocó al timón, como si realmente pudiera gobernar la nave desde allí.
- ¿Desea algo, Doctor?
- Que me llames Bones, como todos los demás, pero supongo que eso no es posible.
- Quién sabe. No hace mucho que utilicé un diminutivo al dirigirme al señor Scott.
- Hace algún tiempo, cuando Jim se debatía entre la vida y la muerte en mi enfermería yo le dije, casi como si él pudiera oírme, que después de todo aún podía haber esperanza para usted. A lo mejor estaba en lo cierto.
- Debo serle franco, Doctor.
- ¿Franco?, creía que los vulcanianos siempre lo eran.
- Lo somos, pero hay circunstancias que lo cambian todo.
- ¿Como la muerte de un amigo, quiere decir?
- Doctor, no creo que Jim esté muerto, al menos, no como nosotros entendemos la palabra.
Bones, que hasta ahora había hablado sin dejar de mirar al frente volvió la cabeza y miró a Spock a la cara, tratando de descubrir algún indicio de fiebre o algo parecido.
CONTINUARA.
Relato de JUAN TERUEL RAMON.
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