miércoles, 30 de junio de 2010

Star Trek: La Última Misión

Capítulo 1:

Empezar de nuevo

Cuaderno de Bitácora del USS Enterprise.
Nueva Fecha Estelar 0000.4:
Como último acto de despedida, hoy se celebrará en el puente de mando un funeral por el alma de James T. Kirk, oficial de la Flota Estelar. Debido a la desaparición de su cuerpo, el acto se reducirá a un breve discurso por el Capitán Spock. Una vez finalizada dicha ceremonia, la nave será reformada para albergar un museo conmemorativo de las misiones que en ella y en su predecesora han sido llevadas a cabo, y en las cuales se ha visto a menudo implicada la seguridad de la Galaxia.

Anotación Especial:

Como homenaje a James T. Kirk, le es reintegrado su antiguo grado de Almirante. Al mismo tiempo, todas las referencias que conciernan a la Nave USS Enterprise citarán la Nueva Fecha Estelar, que comienza a contar desde el momento en el que se produjo la desaparición de James T. Kirk. La resolución anterior no se hace extensiva al resto de las naves de la flota; sin embargo, los oficiales de cada una de ellas pueden decidir citarla, pero siempre unida a la Fecha Estelar tradicional. Dichas decisiones tienen carácter inmediato.

En el puente todo era silencio, la gente se miraba, incrédula ante la muerte del que durante casi treinta años había parecido ser inmortal. Todas las miradas confluyeron sobre la delgada silueta de Spock, oficial científico del Enterprise y compañero del capitán Kirk, mientras se encaminaba al estrado. Hizo una pausa reclamando atención y comenzó a desgranar las frases, con ese tono tan ajeno a la emoción que le era característico.

- Me han encargado que pronuncie unas palabras para despedir al tristemente desaparecido oficial de la flota, el capitán James T. Kirk. No estoy seguro de que sea lo que ustedes esperan, pero me gustaría comenzar por los hechos que nos han llevado a todos a reunirnos hoy aquí.
Hace apenas unas horas, el que estaba destinado a ser uno de los días más gloriosos en la historia de la Federación se convirtió en un día de luto para todo el Universo. La nueva nave Enterprise acababa de ser bautizada, con la asistencia de tres miembros de la tripulación que durante treinta años había conducido a su predecesora de una punta a otra de la galaxia: Eran el capitán James T. Kirk, y sus buenos amigos Montgomery Scott y Pavel Chekov.

Durante el primer viaje de prueba se recibió un mensaje de socorro enviado por la nave Lakul, atrapada en una fuerza gravitacional, una cinta de energía. Fiel a su destino, el nuevo Enterprise acudió al rescate que, por una vez no fue totalmente exitoso... Sólo pudieron salvarse 47 de los más de 500 que habían quedado atrapados. Aún peor, el propio Enterprise quedó atrapado por la cinta de energía, y sólo el ingenio del Capitán consiguió liberar a la nave... Sin embargo, el precio que pagó fue su propia vida. Bien saben todos los aquí presentes que yo hubiera dado mi vida por la suya. Tal vez les parezca un comportamiento poco lógico para un vulcano, pero si hay algo que aprendí a lo largo de todos los años que pasé al lado de mi amigo, es que jamás debemos despreciar nuestros sentimientos.

No hace mucho fue él quien se vio en la situación de hablar en mi propio funeral, aunque como todos ustedes saben, para mí hubo una esperanza que al final se convirtió en realidad. Mi Katra seguía vivo en el Dr. McCoy, aquí presente, que soporto de alguna forma esta carga hasta que pudo serme devuelta... Jim arriesgó su vida por la mía, desafió a todo el Universo cuando volvió a buscarme a Génesis, e incluso perdió a su único hijo por mí... Ahora puedo suponer lo que estarán pensando: "Ojalá también hubiera una esperanza para él".

También supongo que me creerán loco cuando les digo que la hay: Mientras nosotros, los que durante tanto tiempo surcamos el espacio a su lado, sigamos vivos, él seguirá estando con nosotros. Incluso más allá, cuando todos los que hoy nos encontramos aquí hayamos seguido su camino, siempre habrá un capitán en alguna nave Estelar que tendrá su coraje, que estirará las normas hasta romperlas por salvar una vida, alguien suficientemente humano para comprender a su tripulación, alguien cuyo ego sólo sea comparable a su seguridad en sí mismo... En una palabra: Alguien que será lo que su tripulación necesite que sea.

Y entonces, cuando los demás lo miren, en el pensamiento de todos estará esta frase: "Sin lugar a duda, el Capitán James T. Kirk sigue vivo".

No te diré adiós, amigo mío, porque sé que nunca nos dejarás. Un buen capitán nunca deja a su tripulación, y tú has sido el mejor. Hasta siempre, James Tiberius Kirk, donde quiera que estés.

CONTINUARA.......

Relato escrito por JUAN TERUEL RAMON.

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